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FUNDACIÓN

 

LEYENDA ACERCA DE SU ORIGEN

 

De un tiempo a la fecha se ha venido corriendo la versión y en ello hemos participado directa o indirectamente (los pobladores), que en el siglo XVII en fecha incierta muy anterior a la fundación de Bellavista (1841), en terrenos contiguos a La Cuadra y a la Huerta Grande (véase en enlace Barrios) floreció un pequeño mineral explotado por muy poco tiempo, ya que los Almadén, como se apellidaban sus fundadores, al localizar betas de oro y plata en las regiones de Zacatecas abandonaron inmediatamente el lugar sin dejar huella alguna de su paso: lugar que supuestamente fue denominado Los Nuevo Almadén. O sea, los fundadores, según la leyenda, vinieron a este lugar en busca de oro y plata y al acabarse se fueron a otro estado.

 

Ahora bien, en honor a la verdad lo anterior queda estrictamente a nivel de especulación, de Leyenda, porque hasta el día de hoy nadie ha obtenido algún resultado de investigación científica que demuestre como cierta la anterior hipótesis, por lo cual la seguiremos manejado como leyenda misma que surgió de la imaginación del hombre.

 

Por otra parte, buscando la definición de la palabra Almadén, etimológicamente de deriva del árabe “almadin” que significa mina o minero de algún metal, y además Almadén es una villa española que pertenece a diócesis  de Ciudad Real de donde dista 83 kilómetros. Asimismo Almadén aparece como una población en el estado de California en la unión americana.

 

Otra leyenda que tiene un poco mas de sentido, pero que nadie ha comprobado, es la que surge de la posibilidad de que haya existido un centro mineral cercano a lo que hoy es bellavista en tiempos inmemorables, pero no de oro y plata sino de cantera que serviría para la construcción de varios edificios de la ciudad de Tepic.

 

 

UNA VERSIÓN MAS CREÍBLE

 

Don Pedro E. Elías, uno de los cerebros mas lúcidos del movimiento obrero, en un informe que le solicitó el nuevo director técnico de la fábrica en 1930 acerca de  los orígenes de la empresa dice:

 

“...Como en 1838 el lugar en que esta situado la fábrica, eran unos montes vírgenes y la madera de los mismos sirvió para su construcción”.

 

Esta aseveración tiene vistos de certidumbre, porque en efecto, ningún vecino en tantos años habló nunca de posibles huellas de población anterior alguna en lo que hoy es Bellavista; además es muy bien sabido que los pueblos se erigieron cerca de los ríos y antes de 1841 no pasaba ningún rio por aquí, (descartando las leyendas anteriores). Fue hasta ese año que el fundador de la fábrica adquirió los derechos del rio Mololoa (de esta región) y los terrenos de la Jornada cerca del poblado de la Escondida, construyó una compresa (El Puente de Tablas) y las obras de canalización para desviar las aguas hacia lo que sería Bellavista con el propósito de mover la fábrica por medio del sistema de turbina, pues en esa época no se podía utilizar la energía eléctrica porque todavía no existía.

 

FUNDACIÓN DE BELLAVISTA

 

En los diferentes viajes que realizó don José María de Castaños y Llano (fundador y dueño de la fabrica en 1841) al observar en Bélgica un hermoso edificio que hacía de fabrica textil; llamada también “Fabrica de Bellavista” (véase en el enlace Nombre) le llama poderosamente la atención que en él se tornó la obsesión  de aquella imagen. De esa manera, visionariamente se trae los planos desde aquel lejano país y a la vez contrata al arquitecto belga A. Juan Brugman para que levante el edificio en menos de dos años, pues los cimientos comenzaron a abrirse a principios de 1839, y a medio terminar la fábrica comienza a funcionar supuestamente el 11 de septiembre de 1841, cumpleaños del propietario, fecha que bien pudiera tomarse como la fundación oficial de Bellavista.

 

Los que se ocuparon de la construcción de la factoría vinieron de Bélgica al igual que el Arquitecto, el carpintero de apellido Faez, al herrero Musarai y a los ladrilleros Brits y Pauss se les pagó la trasportación desde aquél país hacia Tepic en el barco Karel, que atravesó el Océano Atlántico y llegó al puerto de Veracruz.

 

Al parecer no solo los encargados de construir esa obra de arte vinieron del otro continente, pues también la maquinaria de hilados y tejidos fue traída en el barco Janet, mismo que recorrió el Pacifico vía San Blas y que de ahí sería transportada hacia este pueblo de Bellavista en viejas carretas tiradas por mulas sobre amplias veredas también llamadas “caminos de herradura”

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